Señor, gracias por este regalo maravilloso de ser mamá.
Porque ha significado el don más grande que me pudiste dar. Una alegría
inmensa, que no alcanzo a describir pero
que sé con certeza lo que es y lo que ha sido. Te doy gracias por cada lucha y
cada esfuerzo, todo ha valido la pena hasta hoy.
Porque el amor profundo que siento por mis hijos, no tiene comparación,
ni alcanzo a decir que tan profundo es.
Esta ha sido una experiencia maravillosa. Gracias Señor has estado grande
conmigo, porque con este regalo me diste
tu compañía. Fuiste mi fortaleza en los momentos en que me sentí angustiada,
débil, pequeña; llenaste con tu Espíritu mi vida y me hiciste capaz de salir
adelante y de vencer los problemas que llegaron, no hubo un instante de mi vida
en el que no estuvieras conmigo y por eso te doy gracias mi buen Dios.
Señor, como madre he pasado por tantas experiencias, algunas
marcadas por el dolor, otras por la profunda alegría. Por cada momento te doy
gracia, porque las alegrías han valido
todo, cualquier sacrificio, cualquier dolor, cualquier problema o conflicto, ha
valido la pena, pues la alegría es incomparable.
Ahora que soy madre, también quisiera dar gracias por mi
propia madre, pues ahora comprendo todo su amor, sé por todo aquello que debió pasar para hacer lo
que debía. Quizás en momentos más duros que los míos y con menos recursos de
los que yo tengo ahora, pero con un amor igual de grande e incondicional.
Gracias porque esa
mujer valiente me enseño a ser valiente, a usar mi corazón, a ser mujer, a ser
una persona según tu amor, conforme a tu voluntad. Te doy gracias porque he
podido ser madre, gracias a mi propia madre, de la que aprendí a amar y a luchar con
dientes apretados por ser feliz en la familia que me diste como regalo.
Hoy también quisiera recordarla y dar gracias por ella. Gracias
por mi madre, buen Dios por todas las noches en las que me cuidó, por todas las
veces en las que fue intransigente con mis malas actuaciones para corregirme y
hacerme comprender que de ese modo no se vive; pues esa tenacidad y esa misma
convicción me han hecho guiar a mis hijos como sé que nos pides según tu
voluntad.
Gracias también porque aún hoy sigo escuchando sus consejos
en mi corazón y te pido que si ella ahora está en tu presencia, la aprietes
contra tu enorme corazón y le devuelvas el ciento por uno de todo el amor con el que me ayudó a crecer. ( “Oración de la Madre 2012”, Padre Alberto Linero)
Las madres el mejor regalo que nos dio Dios y luego los hijos.
ResponderEliminarBella oración amiga, me encanta tu blog, y me quedo. seguiré leyéndote.
Te invito a el mío.
http://entredosluces12.blogspot.com.es/